Hace unos días vi un documental que me dejo alucinado y a la vez asqueado,en el que mostraban lo que pasaba cuando tirábamos la ropa en un contenedor «solidario».
En este documental contaban como algunas empresas utilizan dichos contenedores para después vender la ropa, lucrándose y destinando un porcentaje de las ganancias a personas necesitadas, y a veces ni siquiera eso.
Algunas empresas ni siquiera solicitan permiso para instalar su contenedor y no está muy claro quién está detrás de ellas.
Los ayuntamientos empiezan asumir que es un servicio que aligera los depósitos de basura y comienzan a recibir contrapartidas.
Muchas personas buscan los contenedores de ropa para deshacerse de sus viejas prendas, lo que desconocen es que algunos hacen negocio de ello.
Por ejemplo en la Comunitat Valenciana están implantadas tres empresas privadas de recogida de ropa que compiten con varias ONG como Cáritas, la Fundación Humana o Casa Grande. La mayoría solicita permiso a los ayuntamientos para colocar el contenedor en la calle, pero otras los instalan sin ningún tipo de autorización ni control. Casi todos funcionan igual y acaban transformando la ropa en dinero, aunque no es en el único lugar, ni mucho menos, en el que sucede este hecho deplorable.
Cáritas utiliza la recogida para mantener un programa de inserción laboral, al igual que La Casa Grande.
La mayoría de las prendas que recibe Cáritas acaba en tiendas de la Fundación José María Haro, llamada Arropa, en las cuales hay voluntarios y se venden las prendas a un precio de entre dos y cuatro euros.
Las tiendas Arropa de Valencia atendieron en 2009 a 28.977 clientes y vendieron 54.819 prendas.
La empresa de gestión de ropa de la Fundación José María Haro da trabajo a cuarenta empleados en Valencia, siendo diez de ellos personas que tenían dificultades por su perfil para encontrar empleo.
Según un portavoz de Caritas:
«Han comenzado a aparecer por toda la ciudad de Valencia contenedores que carecen de permiso y no sabemos de quién son».
El responsable de una de las empresas del sector privado reconoció que el tratamiento de la ropa desechada:
«Es un negocio. Da igual que lo realice una ONG que una entidad privada. Nosotros también generamos cuarenta puestos de trabajo. Es algo totalmente lícito».
Las empresas suelen llegar a acuerdos con los ayuntamientos para instalar los contenedores a cambio de dar un porcentaje de las ganancias a una ONG.
Los contenedores recogen cada semana una media de cien kilos de ropa usada,siendo el cuarenta por ciento reutilizable. El resto se recicla transformándola en trapos u otros derivados textiles. Nadie revela cuánto obtiene por cada tonelada de ropa.
Otra empresa que se dedica a la recogida de prendas usadas es la Fundación Humana, la cual gestiona programas de ayuda a países en vías de desarrollo, ha recogido tan solo en Valencia más de 1.400 toneladas de prendas.
Un portavoz de Humana reconoció que toda la ropa la venden:
«Cuando empezamos a trabajar sí enviábamos la ropa directamente, pero después nos dimos cuenta de que era más útil transformarla en dinero. Todo lo que conseguimos lo invertimos en programas de educación o sanitarios», aunque existen dudas sobre si todos los beneficios van realmente a parar a donde dicen.
Yo también lo ví y me dio un vuelco el corazón.
Gracias por aportar más información, ya que no pude terminarlo de ver.
Me parecio algo in-HUMANO
Si por desgracia lo es, por eso escribí sobre el, ya que creo que debería de dejar así.
un saludo
José