Todos los que tengáis a un niño y/o adolescente seguramente sabréis de qué hablo, puesto que ha habido un gran boom y la mayoría de los chavales las compra para hacer o ya hechas y todo por un producto que, en principio, no dispone de mucho atractivo pero que, al vérselo a unos y otros, al final casi todos disponen de una y aprenden como fabricarlas.
Gracias al gran poder de seducción de estas gomas de colores, los patios parecen talleres en vez de lugares en los que jugar al balón y/o a la goma, ya que estas pulseras no distinguen entre sexos al ser para niños y niñas indistintamente.